Obeliscos Industriales: Chimeneas/Barcelona
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Obeliscos Industriales es una exposición de fotografía al Museo de Historia de Barcelona (MUHBA), Oliva Artés, formando una parte del proyecto de investigación PICTURING, financiado por la Unión Europea. Utiliza la fotografía como herramienta para revelar procesos espaciales y relaciones sociales en la ciudad e impulsar la reflexión individual y el diálogo cívico. Su objetivo es estimular debates sobre identidad local en antiguos barrios industriales, patrimonio industrial, transformación urbana y políticas de la memoria en los procesos de reurbanización.
Un obelisco es un pilar angosto y piramidal de gran altura utilizado desde la época del antiguo Egipto para conmemorar un momento específico del pasado, un personaje histórico o una idea. Al igual que otros tipos de monumentos, los obeliscos han servido históricamente a las sociedades como recordatorios del pasado.
En 1903, el historiador del arte Alois Riegl definió el “monumento histórico” como un monumento que no se erige inicialmente como tal, sino que, con el paso del tiempo, llega a convertirse en uno. La historiadora de la arquitectura Françoise Choay ha observado que los monumentos históricos han proliferado en todo el mundo desde la década de 1960. Si aceptamos estas premisas, cualquier objeto o estructura puede pasar por un proceso cultural de monumentalización.
¿Podrían las chimeneas industriales ser, por tanto, los obeliscos de la ciudad posindustrial? Durante la Revolución Industrial, el poeta Charles Baudelaire y el arquitecto Karl Friedrich Schinkel, quienes consideraban las chimeneas de las fábricas de ladrillo como sublimes íconos de los paisajes urbanos recientemente industrializados, las denominaron “obeliscos humeantes”. Durante más de dos siglos, Barcelona ha experimentado múltiples etapas de industrialización al ser el área metropolitana industrial más importante de la Península Ibérica, y sus fábricas y su puerto han generado inmensas riquezas y grandes desigualdades.
Etapas de expansión y desplazamiento industrial en la historia de Barcelona
La desindustrialización del municipio de Barcelona se inició en la década de 1960 y coincidió con la transición democrática de 1978. Este proceso se vio acelerado por factores económicos internacionales, nuevas infraestructuras viarias y políticas urbanísticas que empujaron las fábricas hacia la periferia metropolitana. Si bien una gran parte de las fábricas han abandonado la propia ciudad, el área metropolitana de Barcelona continúa siendo una de las zonas más industrializadas de Europa.
El desplazamiento industrial no es un nuevo fenómeno en la expansión metropolitana de Barcelona: las políticas desarrolladas para expulsar las fábricas del núcleo urbano se remontan a mediados del siglo XIX. Las fábricas textiles a vapor, conocidas coloquialmente como “vapores”, aparecieron por primera vez dentro de la antigua ciudad amurallada (ahora conocida como Ciutat Vella) donde se llegó a construir hasta 65 vapores entre 1832 y 1848. En 1854, Barcelona era la ciudad más densamente poblada de Europa, y los vapores humeantes, junto con unas condiciones de vida cada vez más insalubres, se convirtieron en una amenaza para la seguridad y la salud pública. Esto dio lugar en 1856 a una serie de ordenanzas que limitaban la altura de las chimeneas y prohibían la construcción de máquinas de vapor en Ciutat Vella. De las más de 300 chimeneas que quedaban en pie en Ciutat Vella en 1867, actualmente solo quedan tres. El derribo de las murallas de la ciudad, que se inició en 1854, supuso una mayor industrialización de los pueblos de la periferia de la ciudad como Sants, Gràcia y Sant Andreu que posteriormente quedarían engranados mediante el Plan Cerdà para el ensanche de la ciudad en un proceso que comenzaría en 1860. Posteriormente, en 1897, se anexionarían a la ciudad estos municipios periféricos. Como resultado de este proceso, el Poblenou se convirtió en el núcleo industrial de la ciudad.
Todas las chimeneas de esta exposición fueron construidas entre las décadas de 1840 y 1950. La mitad de ellas se encuentra en el Poblenou y la mayor parte de las restantes se ubica en antiguos pueblos industriales que progresivamente serían absorbidos por Barcelona. Casi todas se originaron durante la etapa de producción industrial anterior a la adopción de nuevos combustibles fósiles que posteriormente desplazarían el uso de carbón en las máquinas de vapor. Las chimeneas más antiguas, las de los vapores, son un reflejo de la importancia histórica de Cataluña en la producción textil, mientras que las posteriores representan una producción más diversificada y la generación de electricidad. Estos cambios tecnológicos, junto con la deslocalización de la producción, convirtieron en obsoletas las chimeneas industriales de Barcelona, incluso cuando la producción permanecía en las mismas ubicaciones.
La conservación de las chimeneas industriales en Barcelona
Como muestra el mapa en la exposición, desde la década de 1960 se han derribado muchas chimeneas industriales, después de que centenares de otras fueran destruidas en el siglo anterior. Otras se convirtieron en ruinas industriales, a menudo dejadas en pie mucho más tiempo que las fábricas a las que servían, debido al coste y la complejidad que representaba su derribo. Se dejaban en estado de “abandono benigno”, y ocasionalmente se reparaban cuando representaban un problema de seguridad. A principios de la década de 1970 se conservaron chimeneas industriales excepcionales por su valor cultural, como la fábrica textil de Can Batlló (Escola Industrial a partir de 1904) en la Esquerra de l’Eixample diseñada en la década de 1870 por el arquitecto Rafael Guastavino.
A raíz de las demandas de los movimientos vecinales y del Plan General Metropolitano de 1976, los terrenos industriales comenzaron a ser reclasificados y convertidos en espacios y equipamientos públicos. A partir de la década de 1980, la conservación de las chimeneas industriales se volvió más sistematizada al ser dejadas en pie como monumentos históricos en estos nuevos parques y plazas, asumiendo un papel deliberadamente simbólico y escultural, si bien los valores culturales e históricos que encarnaban no estaban claros.
En cuanto a su amplitud, el legado de las chimeneas solitarias como monumentos históricos es particular de Barcelona, Cataluña y España en su conjunto, ya que en ningún otro lugar esta práctica ha estado tan extendida. A raíz de los Juegos Olímpicos de 1992, las chimeneas-monumento de Barcelona se convirtieron en un asunto polémico. Académicos(1), organizaciones vecinales(2), periodistas(3) y profesionales del patrimonio a menudo las perciben como símbolos de los intentos de la ciudad de eliminar cualquier recordatorio físico de su pasado industrial. La conservación de estas chimeneas solitarias, a menudo consideradas una consecuencia de la especulación inmobiliaria, suele ser criticada como una aproximación superficial al patrimonio arquitectónico.
Desde principios del año 2000, las movilizaciones de académicos, activistas del patrimonio industrial y organizaciones vecinales han logrado cambios en la política patrimonial que ha logrado que esta práctica sea cada vez menos común en Barcelona. Sin embargo, en 2021, este asunto ha vuelto a ser politizado a nivel del Estado español por parte del Comité Internacional para la conservación y defensa del Patrimonio Industrial: la conservación de las chimeneas-monumento solitarias refleja modelos pasados de procesos de reurbanización que aún siguen ocurriendo, aunque con menor frecuencia.
Las chimeneas industriales de Barcelona hoy en día
A través de fotografías y mapas, esta exposición documenta las 67 chimeneas industriales que quedan en pie en Barcelona, en su mayoría conservadas como monumentos históricos solitarios. Desde el año 2000, la mayoría están catalogadas como monumentos protegidos en el Catálogo del Patrimonio Arquitectónico la ciudad, si bien esto no siempre ha impedido su derribo, y algunas aún continúan sin catalogar. Hasta la fecha no se ha realizado un inventario oficial completo y, dado que algunas siguen sin catalogar, es imposible verificar que este censo fotográfico de las chimeneas industriales de Barcelona esté completo.
En la Barcelona de hoy, las chimeneas industriales conservadas ocupan espacios reducidos de suelo, sin embargo, sirven como hitos altamente visibles en espacios públicos y patios interiores privados. Su presencia encarna compromisos históricos entre planificadores, arquitectos, propietarios, defensores del patrimonio y promotores en un intenso mercado inmobiliario. Nos hablan de la presencia material del pasado industrial, pero también de las etapas de transformación urbana reciente.
Casi todas las chimeneas industriales que quedan en pie en Barcelona han sido rehabilitadas y conservadas, y los propietarios suelen ser los responsables de su mantenimiento. La mayoría cuenta con protecciones legales que previenen o disuaden su derribo. Debido a las campañas encabezadas por activistas del patrimonio y organizaciones vecinales, el Ayuntamiento y las entidades locales de planificación (como 22@) han ampliado progresivamente la protección de los elementos del patrimonio industrial construido, y han desplazado el foco de atención desde los monumentos individuales (principalmente chimeneas, pero también fachadas, torres de agua, etc.) hacia conjuntos industriales más completos, distritos históricos y paisajes, de acuerdo con los constantes cambios de las normas internacionales de conservación del patrimonio arquitectónico.
Dado que casi todas las chimeneas industriales que quedan en pie en Barcelona han sido conservadas, ahora es el momento adecuado para preguntarse: ¿qué significan estos obeliscos industriales? Por ejemplo, muy pocas tienen algún tipo de letrero que contextualice su presencia. ¿Qué nos dicen sobre la memoria pública de los barrios tradicionalmente obreros e industriales, y de las experiencias de desindustrialización de vecinos y trabajadores, y de los procesos de reurbanización? En términos más generales, ¿cómo reflejan la relación de Barcelona con su pasado industrial? En una ciudad impulsada por el turismo, ¿cómo perciben los visitantes estos monumentos históricos y cómo difieren de las percepciones de la población local a lo largo de generaciones y vecindarios?
Obeliscos industriales muestra las chimeneas industriales que quedan en pie de Barcelona, como estructuras en sí mismas y a través de su relación con los espacios cotidianos que ocupan, dentro del contexto de sus paisajes circundantes, y en cómo se utiliza la imaginería gráfica de las chimeneas industriales en la ciudad. Pone en relieve la cantidad de estos monumentos históricos que quedan en pie en la ciudad, su carácter repetitivo pero único, y su efecto como puntos de referencia en un paisaje urbano en constante transformación.
Después de ver las imágenes de la exposición, se pide a los visitantes que realicen una encuesta en la que reflexionen sobre sus propias perspectivas y experiencias para determinar qué significan estos obeliscos industriales.
Si una vez vistas las imágenes y leído el texto de Obeliscos Industriales le gustaría responder a una serie de preguntas sobre el proyecto de investigación asociado, por favor, haga clic en este enlace para acceder al cuestionario.
Para navegar por un mapa con la localización de las chimeneas en Barcelona (y el resto de Cataluña), haga clic en la imagen que aparece más abajo. El mapa se irá actualizando gradualmente. Si observa que alguna de las localizaciones es incorrecta o falta alguna chimenea, no dude en ponerse en contacto conmigo y lo revisaré.
Créditos de la exposición
Comisariado, fotografía y texto: Brian Rosa.
Diseño de la exposición: Amica Dall y César Tomé.
Asesoramiento: Joan Roca (MUHBA).
Traducción: María Aguilar y Albert Fuentes.
Diseño del cartel: Diego Borbalan.
Diseño de mapas: Observatorio del Paisaje de Cataluña.
Carpintería: Borja Moreno.
Fotografías Adicionales: Joan Bosch.
Agradecimientos
Juan Aguilar, Rafael Aguilar, Mari Paz Balibrea, Ethel Baraona, Phil Birge-Liberman, Xavier Boneta, Gemma Bretcha, Juancarlo Castillo, Rosa Cerarols, Helen Cole, Jordi Corominas, Alec Curtis, Marta Dahó, Àngels Dalmases, James Douet, Agus Giralt, Cristina Goberna, Paco González, Marc Guinjoan, Anna Jiménez, Manolo Laguillo, Juan Manuel López, Antoni Luna, Julieta Luna, José Mansilla, Isaac Marrero, Francesc Muñoz, Marianna Nadeu, Josep Niubò, Jaume Perarnau, Marta Perelló, Emerald Pes, Frank Plant, Xavier Ribas, Genís Ribé, Núria Rius, Roger Roca, Jordi Rogent, Valentín Roma, Amye Rosa, Adam Ryder, Anna Sala, Pere Sala, Carmen Silver, Olga Subirós, Mercè Tatjer, Margarita Triguero, Shanti Vega, Máximo Velasco, Pau Villalonga, Pedro Zambrana.